Mi nombre es Lucía, lo de Lucipún me lo puso alguna red social, me gustó y me lo quedé. Para empezar solo comentar que estudié Periodismo, Realización Audiovisual, Interpretación y Artes Escénicas y un máster en Locución y Doblaje. Ejercí el periodismo durante más de diez años, y ejerzo la locución y el doblaje y la interpretación. También he escrito un libro. 

Durante mucho tiempo tuve mi vena creativa completamente bloqueada. De pequeña la tenía a flor de piel, pero con eso de ser una persona seria y respetable y llegar a la universidad, se quedó en el olvido. Pero llegó una pandemia mundial en la que pensé demasiado y me di cuenta de que algo no estaba yendo bien en mi vida. Tenía un buen trabajo, con un buen sueldo, me gustaba, mi familia estaba bien, mis amigos también, pero no era feliz, había algo que no fluía como tenía que fluir. 

Me mudé de casa y llegó el momento de poner una lámpara. Compré una interesante en una famosa tienda de muebles. A los pocos días me empecé a dar cuenta de que todo el mundo tenía la misma lámpara que yo, ¡incluso en restaurantes! No podía ser, yo no podía tener una lámpara igual que la que tiene el restaurante de la esquina. La descolgué y la vendí en una plataforma. 

Pasé varias semanas buscando una lámpara que tuviera personalidad y con la que me identificara, hasta que me acordé de que mi abuela hacía macramé. Investigué cómo poder hacerla y me dije: "¡adelante!". En el verano de 2021 creé mi primera lámpara de macramé. Salió, que no es poco, y aún sigue colgada en una de las habitaciones de mi casa. 

Me vine muy arriba haciendo todo tipo de piezas: maceteros, tapices ¡y hasta un chaleco! que es la envidia de mis amigas. Con ello descubrí que sentarme a hacer manualidades rebajaba mis niveles de ansiedad y estrés de manera considerable. Pero no me entraba más macramé en casa, y mis allegados estaban hasta el moño de mis regalos basado en múltiples nudos. Así que, decidí buscarme otra creatividad: el collage, la bisutería, la decoración de muebles... actividades que hacía de pequeña y que olvidé en el cajón de la infancia feliz. 

Así nació by Lucipún. Nunca me habría enfocado en crear una marca si no hubiera sido porque familiares, amigos y conocidos, me animaban a ello. Y oye, monetizar un poco lo que se hace no viene mal en los tiempos que corren.